Top academic

Aprendizajes en los primeros días de la alternancia

Para todos los colegios del mundo el tener estudiantes en la virtualidad y en la presencialidad al mismo tiempo es una novedad. Si bien antes de la pandemia existían colegios que eran virtuales que servían de referencia para poder basar los esquemas de educación a distancia que exigió la ocasión, la nueva modalidad a la que nos vemos enfrentados es inédita y la estamos construyendo a medida en que vamos ejecutándola. 

DSC_0105

El compartir las experiencias y aprendizajes entre la comunidad académica, así como entre los grupos de padres, es fundamental para fortalecernos como comunidad y que entre todos busquemos las formas de proteger el desarrollo de nuestros niños de una manera segura. Aquí algunas reflexiones y aprendizajes que consideramos claves:

  1. Es fundamental que los niños que están en la presencialidad y en la virtualidad se sientan igual de importantes y bien atendidos. El empezar a tener estudiantes en los colegios nos puede llevar a que centremos la atención en esta población y los que están remotos se pueden sentir desplazados. Es por esto que hay que tener dinámicas inclusivas desde cada clase, contemplando la disciplina específica y la edad de los niños. Asimismo, es fundamental que las actividades escolares comunitarias (celebraciones especiales, asambleas de estudiantes, cumpleaños de los niños, etc), que son tan significativas para los educandos, se diseñen para que todos las puedan disfrutar. Los principios de la inclusión educativa hay que extenderlos a los niños que están en virtualidad en la totalidad del tiempo.
  2. La autonomía que ha ganado la mayoría de los niños durante la pandemia es enorme. Durante 7 meses los niños han tenido que levantarse y seguir una rutina que ya no está conducida en su totalidad por los adultos. Si bien no podemos decir que es igual en todos los niños, si se identifica que una enorme mayoría de estudiantes aprendieron a trabajar por sí mismos, a comprender mejor las instrucciones y a sentir más confianza por el trabajo que hacen sin tener la constante validación del maestro. Esto hay que capitalizarlo.
  3. Hay estudiantes que pueden no querer volver. Estar en la casa, levantarse más tarde, no bañarse, poder comer durante una clase o simplemente no prender la cámara genera unas comodidades que en la presencialidad no se tenían. Sumado a esto, hay estudiantes que pueden temer a enfrentar de nuevo la socialización física con sus pares o temer contagiarse del virus. Es clave entender qué puede estar pasando en cada grupo y con los individuos, por lo que el trabajo con los docentes, directores de grupo y psicología es indispensable. Hay que definir espacios en el currículo específicos para estos fines y que los niños puedan expresar lo que están sintiendo.
  4. Hay que medir el aprendizaje que se ha dado en la virtualidad. Es importante que podamos saber a ciencia cierta los impactos que para bien o para mal se hayan dado en la pandemia con respecto al proceso cognitivo y de desarrollo de habilidades de los estudiantes. Pruebas estandarizadas, estadísticas de los años anteriores en comparación al actual, mediciones de desarrollo cualitativo y cuantitativo se deben establecer para saber cuáles son los siguientes pasos que debemos dar y evitar que se presenten vacíos inadvertidos. Lo importante es que los niños aprendan bien y si hay reformas curriculares que se deban hacer por causa de las circunstancias, no debemos vacilar en hacerlos.
  5. La bioseguridad no se hace incentivando el miedo. Es clave tener mensajes simples para los estudiantes y la comunidad en general. Lavado de manos, uso de tapabocas el distanciamiento físico y no compartir elementos entre estudiantes se deben convertir en mantras sencillos. Es clave generar una cultura del cuidado y que esta pueda perdurar en el tiempo.
  6. Trabajar muy de cerca con los padres de familia. Los papás son los mejores aliados para cultivar una cultura de bioseguridad. Es por esto que los chats, que pudieron en alguna época ser escenarios poco afortunados de comunicación, sean en este momento una herramienta clave para trabajar en conjunto y cooperar. Se debe entender que todos hacemos parte del mismo equipo y que como tal, todos debemos apoyarnos y estar en permanente contacto.
  7. La alegría de los niños al volver al colegio es invaluable y se debe cultivar. Después de 7 meses, el ver a los amigos, salir de la casa, interactuar con adultos diferentes a los del núcleo familiar es algo muy especial y ansiado por los niños. Esta es una oportunidad de oro para que determinemos lo que más motiva y gusta a los jóvenes cuando van al colegio; tomemos atenta nota para que esos momentos los atesoremos y veamos cómo los podemos emular para los niños que todavía no pueden asistir a las instituciones.
  8. La socialización es clave. Hay procesos de socialización que son fundamentales y que no se pueden dar en la virtualidad. El verse crecer entre pares, el gusto por el género opuesto, el aprender a ganar o perder cuando se juega en equipo en un recreo, el tener conversaciones sin la interferencia de adultos, entre otros, son cosas que en la virtualidad, son muy complicadas de recrear. Cada etapa del desarrollo humano es muy importante y quitar todo un año de vida de cualquiera de las etapas que se dan durante la niñez es algo que tiene un impacto mayúsculo en el desarrollo de un individuo. Hay que estudiar muy bien de qué se están perdiendo y buscar alternativas para suplirlo haciendo el seguimiento necesario con los padres, docentes y psicólogos.
  9. La cultura del cuidado no sólo se debe dar en el colegio. Las fiestas, reuniones, visitas al centro comercial entre muchas otras actividades son riesgosas y debemos ser muy cuidadosos con el cumplimiento de los protocolos en todos los lugares que asistamos. Debemos ser conscientes de ello y ante las invitaciones que recibamos, debemos aprender a sopesar los riesgos que no sólo se corre con la familia inmediata sino a los riesgos que sometemos a las personas en general que nos rodean.
  10. La perseverancia es una tarea difícil. Llevamos 13 días de alternancia en nuestro colegio en el momento que escribo estas líneas. Si bien seguimos cumpliendo con los protocolos, ya hay algunos casos de tapabocas por debajo de la nariz, personas que por practicidad no se echan alcohol cada hora, entre otras sutilezas que no debemos permitir. El buen ejemplo y la perseverancia en las medidas, hacen que nuestros niños, que en su mayoría son juiciosos y obedientes (especialmente los más pequeños), formarán los hábitos de largo plazo.
  11. Los profes son la clave. Si bien esto esta afirmación es evidente, quisiera recalcar en el echo que para el equipo docente debe ser clara la motivación de que volvamos a las aulas y de los enormes esfuerzos adicionales que debemos hacer para que los niños tengan la oportunidad de asistir al colegio. La educación de los niños y todos los procesos que ella conlleva, deben ser una prioridad de la sociedad y hoy más que nunca nos damos cuenta que mantener abiertos los colegios, así sea en la alternancia, debe ser una prioridad social por el futuro de nuestra sociedad. Los maestros, consecuentemente, son fundamentales y todos los esfuerzos que hagamos por construir positivamente con ellos deben ser hechos.

    Tenemos una gran oportunidad de construir una sociedad más organizada y que se piense en conjunto; aprovechémosla.

    Por Telmo Peña Amaya, Rector Vermont School Medellín.    

Conoce nuestro colegio

Conoce nuestro colegio

Vive la experiencia Vermont School

Más información