Gracias a la neurociencia sabemos que el periodo más importante de todos los seres humanos es la primera infancia, en esta etapa de la vida se crean las bases de todo el conocimiento posterior. Es por esto que los niños tienen la capacidad de aprender a través de las inteligencias múltiples, orientadas especialmente a que los más pequeños desarrollen sus habilidades lingüísticas.

Diversos estudios garantizan que los primeros años de vida son los mejores para el aprendizaje de una segunda lengua. Algunas personas creen que cuando lo niños aprenden 2 o más lenguas distintas al mismo tiempo, su lengua materna puede quedarse atrás. Sin embargo, se ha comprobado que durante los primeros 4 años es cuando se generan más conexiones neuronales, por lo que para los niños resulta más sencillo la adquisición de nuevos idiomas.

La clave de este proceso es la unión entre neuronas llamada sinapsis, que comienzan a gestarse en los niños y una vez estabilizadas por medio del entrenamiento y la repetición, durarán para siempre.

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La clave al aprender un idioma nuevo es la repetición, por lo que cada día se le debe enseñar a los niños pequeñas rutinas a través de canciones, juegos y soportes visuales estimulándolos para aprender el vocabulario. También es importante trabajar con materiales para estimular sus 5 sentidos.

En la actualidad dominar más de un idioma es básico en el desarrollo profesional. Aprender otro idioma no solo permite comunicarse con personas de otras partes del mundo, además se aprende de su cultura y de su manera de ver la vida. Aunque el inglés es considerado el idioma más importante a nivel mundial, la globalización ha abierto las fronteras entre países, lo que ha impulsado que las personas tengan que conocer otras lenguas.

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La introducción al multilingüismo comienza a ayudar a los niños en el momento en el que surge de manera natural. Las investigaciones dicen que los niños que se crían en hogares bilingües desde el inicio, llegan a mostrar mejores aptitudes  en cuanto a la estrategia de atender y prestar atención a su entorno de una manera más precisa.

El ejercicio de aprender idiomas simultáneamente favorece toda la estructura neuronal de los niños y les permite obtener otros beneficios como mayor velocidad de procesamiento de información y mayor coeficiente intelectual. El estudio de otro idioma también es importante para la salud mental, fomenta la memoria y la concentración, retrasa la posible aparición de Alzheimer y aumenta la capacidad de reacción a la hora de tomar decisiones

Animar a que los padres y los docentes se comuniquen regularmente en inglés para comentar una relación entre la familia y el colegio. Cuanto mayor sea el estimulo por parte de los adultos que acompañan a los niños, mayor será el beneficio para los niños.

En conclusión, el multilingüismo permite que el cerebro de nuestros niños sea más rápido, eficiente y más potente; importantes cualidades para aumentar el nivel académico de la población. Ninguna práctica educativa brindará más beneficios que el poliglotismo

Por: Comunicaciones Vermont School